viernes, 4 de septiembre de 2009

4-9-09. Colmenar de la Sierra-Matallana-La Vereda

El marido es, después del perro, el animal doméstico menos valorado.
Manuel Vázquez Montalbán

La de hoy tiene muchas opciones de convertirse en una de las rutas del año. No solo por los paisajes, también por las sorpresas que nos depara. Bien es cierto que cualquier ruta al este de Buitrago, en la zona de la sierra norte de Madrid y Guadalajara, tiene todas las papeletas para triunfar. Comienza en Colmenar de la Sierra, un pequeñísimo pueblo de no más de 10 habitantes perteneciente a Guadalajara. Inicio el pedaleo en dirección norte, por una pista no muy empinada pero con mucha piedra suelta.

Inicio de la ruta

Esta pista lleva a una carreterita de montaña que recorro por varios kilómetros. Pero no hay problema de tráfico, sólo me he cruzado con el vehículo de un guarda forestal, el cual me ha saludado efusivamente. Llego enseguida a la aldea de Corralejo y continúo por la carretera. De pronto, cambia el firme de asfalto a hormigón y entro en una de las zonas más sorprendentes del día, el cañón del río Jaramilla. Tras un vertiginoso descenso, encaro la subida más empinada de la ruta. Menos mal que sobre el hormigón las ruedas agarran perfectamente. Debido a su sinuoso trazado, el tramo de subida es conocido en el ambiente ciclista como la muralla china. También se podría llamar la tortura china, y no desmerecería.



La muralla china

Cuando termino de subir, de nuevo aparece el asfalto. Esta carretera continúa hasta Campillo de Ranas, pero antes, me desvío por una pista para acercarme a la aldea de Roblelacasa. Sorprendentemente, me encuentro con una cancela que tengo que abrir y atravesar. Es la primera vez en mi vida que para entrar en un pueblo tengo que abrir una puerta. Y debe estar totalmente vallado, ya que para salir del pueblo y retomar la ruta he tenido que atravesar otra cancela. Después de un agradable tramo por pista, se inicia la bajada hacia el río Jarama por una estrecha vereda. Los últimos metros los hago a pata. No solo por mi poca pericia, que también, sino por el miedo a que las afiladas aristas de las lajas de pizarra puedan hacer una escabechina en las cubiertas. Cuando llego al río, me encuentro con un puente de madera que habrá conocido tiempos mejores. Lo había visto en fotos, en el foromtb, pero visto in situ impresiona. Obviamente, no lo paso montado, sino con mucha precaución, mirando bien por donde piso.



El puente de Matallana

La subida de la otra ladera también la hago a patita, hasta llegar a una zona en la que pueda montar, y enseguida entro en Matallana, el primero de los dos pueblos abandonados que voy a visitar. Lo poco que veo no me parece digno de mención, aunque creo que me he dejado parte del pueblo sin ver. Sí que destaca la frondosa vegetación. A la salida, tomo una magnífica pista. Hasta el final de la ruta, transitaré por firmes excelentes, lo que se agradece. Cuando llego a un cruce, debería girar a la derecha para volver al punto de inicio, pero me desvío momentáneamente y sigo de frente hasta el pueblo abandonado de La Vereda, Este sí merece una visita detallada. El entorno en el que se sitúa, la arquitectura y la dimensión del mismo lo hacen muy atractivo. También hay que resaltar, el increíble trabajo de rehabilitación efectuado por la Asociación Cultural La Vereda, que durante 30 años ha trabajado por devolver al pueblo sus señas de identidad arquitectónicas, lo que permite contemplar viviendas en perfecto estado de conservación.
Contemplando este pueblo, no he podido por menos que recordar una de mis aventurillas. Hace ya muchos años, en 1.990, me propuse encontrar y visitar el pueblo abandonado de Ainielle, en la provincia de Huesca, a raíz de la lectura de La lluvia amarilla, el magnífico libro de Julio Llamazares. En él se relata la vida del supuesto último habitante del pueblo. Todas las sensaciones que experimenté al visitarlo, se han repetido ahora en La Vereda. Y la misma pregunta: ¿cómo podían vivir así nuestros antepasados?. No estamos hablando del Paleolítico, hace 50 años todos estos pueblos estaban habitados.

Ainielle (Huesca)

La Vereda

Casas rehabilitadas en La Vereda

Otro rincón de La Vereda

La iglesia de La Vereda

Reconfortado por la visita y por el almuerzo, retomo mis pasos para continuar la ruta. Llego al desvío y cojo el camino de los Arrieros, que me llevará primero hasta el Collado de la Vihuela. El ascenso, aunque no muy duro, es mantenido, sin un solo metro de descanso. Al remontar el collado, nos regala unas vistas espectaculares y en el fondo del valle aparece Colmenar de la Sierra, donde había comenzado la ruta. El descenso del collado me lleva de nuevo hasta el río Jarama, a través de un cerrado bosque. Llegado a este punto no queda sino remontar de nuevo hasta llegar a la carretera, ya en las inmediaciones del pueblo.

Vista desde el collado de la Vihuela

Los datos de wikiloc dan a la ruta una longitud de 40,87 km y un desnivel acumulado de 1.057 mts. Se trata de un auténtico rompepiernas, aunque la única subida verdaderamente dura es la de la muralla china.
Y para terminar, quería poner el vídeo de Guaranteed, el tema central de la película Hacia rutas salvajes, de Sean Penn, interpretado por Eddie Vedder, el líder de Pearl Jam. La película está basada en el libro del mismo título de Jack Krakauer, y cuenta la vida de Chris Macandless, un joven que abandonó todo para vagabundear por Estados Unidos hasta que al final se dirigió a Alaska, donde murió de inanición. Su cadáver fue encontrado por unos cazadores quince días después. Genio para unos y loco para otros, la verdad es que su peripecia vital no deja indiferente a nadie. De haber nacido en España, estoy seguro que habría acabado en algún rincón parecido a La Vereda.

6 comentarios:

el globero dijo...

¡Qué grande eres!

Anónimo dijo...

R. Pizarro
Tu detallado relato de la ruta, como en todas, y dado el amor que le tengo a las "piedras", provoca un enorme deseo de visitar el pueblo.
Ya sería el colmo que incluyeras también la ruta gastronómica de la zona...

Realmente eres grande biker, literato y fotógrafo.

Jf dijo...

Pues habrá que ir a ver los "fantasmales" vecinos de La Vereda como en "La lluvia amarilla". Tb hay aulagas en la zona?

chemabtt dijo...

Hola, jdelafuente, veo que también has sucumbido al encanto de Ainielle. No sé decirte si hay aulagas por la zona. Lo que no hay son muchos árboles de hoja caduca que puedan teñir de amarillo el otoño. La mayoría son pinos de repoblación. De hecho, una de las razones del despoblamiento de la zona es la repoblación forestal que se efectuó en la época franquista. Los habitantes de La Vereda y otros pueblos fueron indemnizados para abandonar sus casas. Terrible.

pablo.bk dijo...

Buenísima ruta... cuando vayas otra vez, avísame, es una zona a la que le tengo muchas ganas...

Jf dijo...

Por fin he podido visitar La Vereda !!!